La oenegé Transparencia Internacional (TI) lamentó ayer la falta de esfuerzos en el mundo para combatir la corrupción, al publicar su indice anual sobre la materia, en el que Venezuela aparece entre los últimos 12 países.

En el Índice de Percepción de la Corrupción de 2017, liderado por Nueva Zelanda y Dinamarca como los países más limpios, Venezuela es el latinoamericano peor situado, en el puesto 169, al mismo nivel que Irak, mientras que Uruguay obtiene la mejor puntuación del grupo, situándose número 23.

Transparencia Internacional subraya la relación entre los niveles de corrupción y la libertad de prensa al indicar que, “en los últimos seis años, más de nueve de cada diez periodistas fueron asesinados en países con puntuaciones” bajas en su índice.

“Asimismo, uno de cada cinco periodistas que murieron estaba trabajando en investigaciones sobre corrupción”, añade, poniendo como ejemplo el caso de Brasil, que se sitúa en la posición número 96, junto a Perú, Panamá y Colombia.

“Los reporteros en Brasil - perseguidos por investigar la corrupción en gobiernos locales y la criminalidad vinculada con las drogas- arriesgan su vida a diario tan solo por hacer su trabajo”, señala el texto.

“Aunque detener la corrupción lleva tiempo, en los últimos seis años numerosos países han conseguido progresos mínimos o nulos”, señala la organización anticorrupción, que celebra no obstante que países como Costa de Marfil, Senegal y Reino Unido “mejoraron de manera significativa su puntuación” en dicho lapso.

Estados como Siria, que en 2018 entra en su octavo año de guerra, y Yemen, sumido desde hace tres años en una guerra civil, siguieron cayendo en la clasificación, que cierra Somalia.

 

América Latina en zona roja

El informe revela que la percepción de la corrupción en el sector público en los países latinoamericanos sigue muy alta a pesar de ciertos avances. La organización resalta la creación de legislaciones fuertes, como en Chile, y la investigación a altos personajes de poder como en Ecuador y Perú. No obstante, estos avances no son generalizados y “no constituyen políticas integrales que aborden las causas históricas y estructurales de la corrupción en la región”, argumenta la ONG.

Mientras tanto, subraya que los países que no consideran este tema como prioritario empeoran cada año.

Transparencia Internacional recomienda que se apliquen cambios de fondo sobre el “financiamiento de la política, de las contrataciones públicas y del fortalecimiento de instituciones jurídicas independientes”.